El lanzamiento del iPhone 17, especialmente en sus versiones Pro y Pro Max, no solo generó expectación por sus mejoras en potencia y cámaras, sino también un debate que Apple seguramente no esperaba: la fragilidad de su parte trasera.
Cientos de usuarios han reportado que, con apenas unos días de uso, sus dispositivos ya muestran rayones visibles en la carcasa trasera. Lo más sorprendente es que estas marcas aparecen incluso sin contacto con objetos agresivos como llaves o monedas. Basta con guardar el teléfono en el bolsillo para que surjan imperfecciones difíciles de reparar, una situación que rápidamente se ha vuelto tendencia en redes sociales, sobre todo en los modelos de color azul oscuro y negro del iPhone 17 Pro y Pro Max.
El material en la mira: aluminio anodizado
La polémica se centra en el aluminio anodizado que Apple eligió para la parte trasera de estos modelos. Este material tiene ventajas claras: es ligero, elegante y permite acabados premium en colores intensos. Sin embargo, también es conocido por su vulnerabilidad frente a rayones, un problema que se hace mucho más evidente en tonalidades oscuras donde cada imperfección resalta.
La situación recuerda a lo ocurrido con el iPhone 7 en su versión negro brillante, famoso no solo por su aspecto atractivo sino por su facilidad para acumular rayaduras con el uso cotidiano.
¿Rayones reales o simples marcas?
Algunos expertos y medios especializados han intentado poner paños fríos al asunto. Según ciertos reportes, parte de las supuestas “rayaduras” podrían ser residuos de goma provenientes de bases de carga MagSafe. Estas marcas, al pasar el dedo, desaparecen sin dejar rastro.
Pero el argumento no parece suficiente. Numerosos usuarios han compartido fotografías donde los rayones son claramente permanentes, confirmando que el problema va más allá de simples manchas superficiales.
La experiencia del usuario y el costo del lujo
El iPhone 17 Pro Max supera fácilmente los 1.500 o incluso 2.000 euros en algunos mercados. Invertir esa suma para terminar con un dispositivo marcado en cuestión de días ha encendido la indignación de la comunidad. En foros como Reddit, el tema ya se conoce como “Scratch Gate”, en alusión a polémicas pasadas de Apple.
Este tipo de situaciones genera una pregunta incómoda: ¿está Apple sacrificando durabilidad en favor de la estética? Porque si bien el aluminio anodizado luce moderno y sofisticado, su resistencia no está al nivel de lo que muchos consumidores esperan de un dispositivo de gama tan alta.
La recomendación inevitable
Ante la evidencia, la conclusión parece clara: usar un iPhone 17 Pro o Pro Max sin funda es un riesgo. Aunque la compañía no se ha pronunciado oficialmente sobre este “Scratch Gate”, la comunidad coincide en que el acabado trasero es frágil y que la única manera de prolongar la vida estética del dispositivo es protegerlo desde el primer día.
Es un recordatorio de que, incluso en productos premium, la experiencia del usuario puede verse empañada por decisiones de diseño que no siempre priorizan la resistencia frente al uso real. Y en este caso, la polémica no se apaga, porque el iPhone 17 no solo tiene que demostrar que es el smartphone más potente del mercado, sino también que puede sobrevivir intacto al bolsillo de sus dueños.